¡COMO EN MI PUEBLO, NINGUNO!
Para mucha gente, las fechas de sus
fiestas locales están bien ordenadas dentro de la vida del municipio. Sin
embargo, es importante destacar que son un importante motor económico. Esta situación
no ha variado mucho, en España, desde la Edad Media. Ahora bien, en muchos
municipios, sería conveniente cambiar las fechas oficiales.
Intentaré explicarme sin herir a nadie, lo
cual casi siempre es imposible. En nuestro país, hablarle a alguien de un
cambio en el municipio ajeno es algo peligroso para la integridad física del
osado. Si, además, la conversación se enfoca desde lo peyorativo, la agresión
está prácticamente asegurada.
UNIR UN PUEBLO
Sin embargo, se olvida del objetivo de las
fiestas de un municipio. Una fiesta de una ciudad sirve para UNIR al pueblo, hacer ciudad.
Hoy por hoy, las fiestas de muchos municipios se mueren. El caso frecuente es
la mala ubicación de las fechas ya que se celebran en una fecha inadecuada, por
ejemple, en la última semana de agosto. En efecto, llegan tarde. Muchos
municipios vecinos ya han celebrado sus fiestas.
EXÁMENES DE SEPTIEMBRE
Además, hasta que se desarrolle
completamente la reforma del calendario escolar, en muchas comunidades
autónomas, los estudiantes siguen preparando en la última semana de Agosto sus exámenes
de Septiembre. Cuando coinciden ambas actividades, no tienen tiempo de
programar sus estudios. Lo lógico es que quieran celebrar sus fiestas. Los
suspensos de Septiembre dan buena cuenta de ello.
EJEMPLO EXTREMO: COREA DEL SUR
En este caso, no se trata de imitar la
República de Corea que se paraliza para que los estudiantes puedan rendir al
máximo. Allí, las autoridades paralizan el país ante la prueba de acceso a la
Universidad. En esa cultura, se ensalza
el esfuerzo y la capacidad de trabajo del estudiante, incluso con exceso, vista
la tasa de suicidio de los jóvenes. Todo el país se organiza para asegurar las
condiciones en las que se celebra el examen de los 668.000 estudiantes, con
medidas tendentes a la reducción de la contaminación acústica, la imposición de
controles de tráfico y el incremento de
la frecuencia de los transportes públicos. En 1.191 centros de todo el país, la
prueba se desarrolla durante nueve horas en las que los estudiantes deben
examinarse en cinco materias: coreano, matemáticas, inglés, ciencias sociales y
naturales y una segunda lengua extranjera a su elección. A primera hora de la
mañana se llega a prohibir la circulación en un radio de 200 metros alrededor
de los centros de examen. Se pospone una hora la entrada al trabajo en las
oficinas gubernamentales y empresas cercanas, para no coincidir con los
estudiantes.
La Policía surcoreana moviliza a 13.000
efectivos para garantizar la seguridad de los estudiantes. Incluso, habilita un
servicio de atención telefónica en el que ofrece, a quien lo necesite, el
traslado a los centros de examen en coche patrulla o en motocicleta policial. También
se programa la paralización de despegues y aterrizajes de aviones en el país
durante los 13 minutos de la prueba de comprensión oral coreana y los 20
minutos de la de inglés. Algo bien diferente del clima de estudio en España.
PEQUEÑA ADECUACIÓN DE LAS FECHAS
En aquellos municipios en los cuales se
compruebe que las fechas no cumplen con su objetivo, se deberían adecuar las fechas
al mayor aprovechamiento de los recursos. La simple colisión de las fechas de
las fiestas del municipio con el calendario escolar debería bastar para cambiar
las fechas de las fiestas. Es fundamental que los estudiantes puedan acompasar
sus estudios con las fiestas. En caso de conflicto, las fiestas deben ceder
ante el calendario escolar.
MOTIVOS ECONÓMICOS
Además, existen importantes motivos económicos.
Los municipios emisores de población reciben en pleno verano a sus “ausentes”. Estos
son antiguos vecinos expulsados por la carencia de posibilidades económicas que
retornan para ver a la familia. Viven fuera. Cuando las fechas de las fiestas no coinciden en pleno verano, han vuelta
a su lugar de trabajo sin encontrarse con los demás que están fuera. Una buena
fecha de fiesta permite que todos los “ausentes” se encuentren otra vez.
Si las fechas de fiestas son muy próximas
a Septiembre, los padres de familia piensan en los gastos escolares de ropa,
libros
Si una ciudad tiene otra próxima con una
de proyección nacional, se equivoca si pretende competir. Es el caso de la ciudad
de San Sebastián de los Reyes que atrae a un millón de visitantes con un
montaje de encierros y atracciones impresionantes. Cualquier municipio cercano
con fechas coincidentes está abocado al fracaso. Los feriantes pujarán para situarse
en la fiesta más rentable. Las peores máquinas y atracciones acabarán en el
municipio de la fiesta pobre. Económicamente, es muy injusto ya que los
usuarios pagan el mismo precio por un servicio de la atracción “inferior” como
si fuera una atracción de primera
categoría. En el sector de la restauración, se repite el fracaso económico y
laboral. Los bares del pueblo “perdedor” casi no necesitaran personal para
atender la escasa masa de público. No contribuirán al descenso del paro aunque
sea poniendo copas.
PAMPLONA
Otra experiencia
para ilustrar el debate: Las fiestas de Pamplona no se celebraban el 7 de
julio, Día de San Fermín. La fecha tradicional estaba establecida el 25 de
septiembre, fiesta del martirio de San Fermín. Sin embargo, con buen criterio,
el municipio cambió las fechas para garantizar la llegada del turismo francés. De
esa manera, se podía celebrar una semana de fiesta que finalizaba el 14 de
julio, fiesta nacional francesa. No les ha ido mal.
FIESTAS DE LOS
MUNICIPIOS RURALES
En la época del
desarrollismo del siglo XX, se produjo una importante migración del campo a la
ciudad. Numerosos pueblos perdieron muchísima población. Sin embargo, para
facilitar el reencuentro de sus vecinos, se optó por adecuar las fechas de las
fiestas a la realidad económica. Las fiestas de los pueblos se celebran
tradicionalmente después de la vendimia, en Septiembre. Era frecuente el mal
tiempo. Unido lo anterior a la poca presencia de migrantes a la ciudad, casi
todos los pueblos cambiaron las fechas. Se buscó una nueva figura en el Santoral
o directamente, se trasladó la festividad del Santo.
CONCLUSIÓN
El debate sobre el cambio de fechas se ha planteado
ahora porque la crisis económica obliga a actuar. Las ciudades son como las
personas. Si no se hace nada para luchar contra la crisis, las más pobres acaban
más necesitadas. Las poderosas salen aún más poderosas. A las ciudades, les
pasa lo mismo. El cambio de fechas permitiría transformar los gastos de la
ciudad en inversiones productivas para, de una parte, incrementar la rentabilidad
económica de las fiestas locales y, de otra parte, fortalecer los lazos de
convivencia entre todos los habitantes del municipio.