Amparados por varios tratados internacionales, los gobiernos se han legitimado
para reprimir la pornografía infantil. Las recientes actuaciones policiales
internacionales en la materia en Internet han producido una huida de las redes clásicas,
las conocidas P2P, hacia escenarios más privados pero, sobre todo, más
discretos.
Ahora bien, el concepto de pornografía infantil está cambiando. En
efecto, es acertado cómo se protege cada vez más a la infancia y a la juventud.
La edad mínima por dejado de la cual se la considera como tal está elevándose
progresivamente en el mundo. Son las leyes penales de cada país las que definen
tal edad. En España, la última reforma penal ha procedido a tal incremento, elevándose de 13 a 16 años, mediante la aprobación de la ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. .
Ahora bien, un grave problema de Internet actualmente
es la pornografía infantil. Aunque
no la percibamos, está ahí, oculta. Son muchos las webs, chats, grupos donde desgraciadamente se comparte este tipo
de material a pesar del profundo rechazo social que conlleva su
difusión.
Por ello, el actor pedófilo encuentra un refugio para sus perversidades en las aplicaciones de mensajería instantánea. Por ello, la página Change.org recoge una petición para que Telegram, una de las mejores aplicaciones de
mensajería instantánea que se han creado, se implique más activamente en la
represión de tales contenidos.
Esta empresa
intenta proteger lo que llaman "Derecho a la Privacidad", que se
encuentra explicado y defendido en los Términos y Condiciones de la sociedad.
Es precisamente este hecho lo que ha provocado este éxodo pedófilo/pederasta a la aplicación.
Cierto es que los usuarios
colaboran pero muy limitadamente. El reporte del usuario es imprescindible para
destapar la actividad delictiva y exponer a estas personas ante el peso de la
ley. Sin embargo, los promotores de la petición iniciada en la página
Change.org consideran que la empresa que Telegram no colabora lo suficiente. Solo
tomaría medidas con los bots, stickers, canales y grupos PÚBLICOS, es decir donde el contenido
es visible para todo el mundo y por tanto no viola los términos de la empresa.
Yendo más
allá, los promotores consideran que se deberían
cerrar también los grupos privados, por muy privados que sean, si se han
aportado las pruebas suficientes que demuestran que se comparte pornografía
infantil. Por lo tanto, esta acción
pretende la modificación de los términos de la empresa de modo que la
persecución de tales lugares sea más fácil.
Asimismo,
es preciso recordar que las denuncias de cuentas de las diversas redes sociales
“sospechosas” no surten mucho efecto. La demora en la respuesta produce el
efecto de desanimar las solicitudes de cierre de cuenta. A su vez, si el
denunciante procede a comprobar si una cuenta denunciada sigue abierta, estaría
alimentando el ilícito, situación contraria a su planteamiento.