miércoles, 11 de diciembre de 2013

Madrid: La huelga del servicio de recogida de basura

El inicio del conflicto se plantea porque el Ayuntamiento de Madrid recorta un 26% el presupuesto destinado a limpieza y jardines (hasta 1.943 millones) cuando adjudica el servicio en agosto de 2013. Según la Alcaldesa Ana Botella, la reducción de los 39 contratos administrativos previos a sólo uno produce una sinergia que reduce costes. 




Posteriormente, las empresas concesionarios repercutieron el menor dinero de la forma más interesante para ellas a fin de mantener su margen de beneficios. Plantearon el despido de más de 1.000 trabajadores y lo acompañaban con una importante bajada de sueldo para los que no fueran despedidos.


La reacción del personal de recogida de basuras supuso una huelga de 13 días en el servicio público de limpieza viaria y recogida de basuras. Como la tensión resultó extremo, se produjeron algunos incidentes aislados de quema de cubos de basura y otros elementos. De hecho, 19 personas fueron detenidas por estos hechos. La huelga produjo costes para todas las partes. El Ayuntamiento encomendó la recogida de basura a la empresa TRAGSA por un día cuando el conflicto llevaba ya varios días. Por su parte, los trabajadores que secundaron los 13 días de huelga perdieron 910 euros.

El acuerdo tampoco resultó gratuito para los trabajadores. A cambio de que no hubiera despidos, tuvieron que aceptar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de 45 días al año y congelarse el sueldo. Además, el acuerdo incluye bajas incentivadas de 30 días de salario por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades, en las que las empresas tendrán capacidad de veto. También excedencias voluntarias incentivadas de 10 años de duración, con una indemnización única de 75% del salario anual bruto o de cinco años por el 50% del salario bruto anual, que también pueden ser rechazadas por las empresas. Los trabajadores, con sueldos que oscilan entre 500 euros mensuales por el turno de fin de semana y 1.300 euros, tendrán que dividir sus vacaciones en un periodo de 21 días en verano y otros 10 el resto del año. No se cubrirán vacantes durante el periodo de vigencia del ERTE ni se podrán plantear nuevos despidos. Son medidas que rebajan las condiciones laborales de los trabajadores pero mucho menos que la propuesta inicial de la empresa.

Por su parte, la Alcaldesa de Madrid atribuyó el logro de la conservación de todos los empleos a la reforma laboral y no a la presión de 13 días de conflicto. en cuanto a la Ciudad, recuperó la normalidad en tres días.

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